Ayuda extranjera

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Think of foreign assistance, and you might picture food relief or rebuilding towns following disasters. However, U.S. foreign assistance includes many long-term development programs to break the cycle of hunger and poverty. Photo: Eskinder Debe / UN

Piense en la ayuda extranjera y le vendrá a la mente una imagen de ayuda alimentaria o la reconstrucción de ciudades después de desastres naturales. Sin embargo, la ayuda extranjera de los Estados Unidos incluye muchos programas de desarrollo a largo plazo cuyo propósito es romper el ciclo del hambre y la pobreza.

Los programas para el desarrollo agrícola, tales como la iniciativa Alimentando el Futuro, ayudan a pequeños agricultores a cosechar una cantidad mayor de alimentos a través de mejores recursos. Estos programas los ayudan a obtener mayores ingresos por sus cosechas mientras a la vez proveen una mejor nutrición para sus comunidades. Los programas de agricultura también conectan a los agricultores con los mercados donde pueden vender sus cosechas e invertir en almacenaje y transportación eficiente para que los alimentos no se echen a perder antes de llegar al lugar de venta.

Los programas de ayuda extranjera también ayudan a las comunidades a invertir en la infraestructura y servicios, como por ejemplo las carreteras, la educación, las clínicas de salud y los servicios financieros — como los préstamos y las cuentas de ahorro. Estas unidades básicas no solamente fortalecen a las personas sino también a las comunidades, permitiendo que luchen menos con el hambre y la pobreza. Un ejemplo de esto es la crisis de ébola que azotó África occidental en el 2014. Muchos de los países que más sufrieron tenían sistemas de salud precarios, los cuales no pudieron responder con prontitud y de manera adecuada para controlar el virus. Las inversiones a largo alcance en estas unidades básicas aminorarán los efectos y permitirán que las comunidades tengan una mayor capacidad para recuperarse de las emergencias humanitarias.

Los gobiernos y las organizaciones sin fines de lucro han aprendido muchas lecciones después de haber implementado programas de ayuda extranjera durante décadas. Una de las lecciones más valiosas es que para ser efectiva, la ayuda extranjera deberá ser “sostenida por el país” — el país y sus ciudadanos deben asumir control del programa. Los beneficiarios de estos programas son los que mejor comprenden sus necesidades, la cultura y el ambiente en el cual los mismos deberían funcionar. Ellos deberán ser socios clave en la creación e implementación de programas de ayuda extranjera. Los Estados Unidos deberán trabajar para asociarse con dichos países a fin de que exista un mutuo entendimiento y para que el progreso continúe cuando los Estados Unidos finalmente no formen parte del programa.

Transparencia — el que las acciones y la información sean fácilmente accesibles es también crucial para monitorear el progreso. Esto también hace responsable a los Estados Unidos y a los gobiernos extranjeros de asegurar que el dinero y los recursos sean bien utilizados. Tener información y resultados accesibles también permite que diferentes agencias y organizaciones aprendan de los éxitos y lecciones las unas de las otras. De esta manera, podemos mantener los programas de ayuda extranjera modernizados y eficientes para que puedan tener el mayor impacto posible.

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