Nosotros podemos acabar con el hambre en nuestra época. Pero hacerlo depende de que gente como usted continúe involucrándose con compromisos para orar, actuar y donar. Cuando levanta su voz y exhorta a los tomadores de decisión de nuestra nación a cambiar políticas, programas y condiciones que permiten que el hambre y la pobreza persistan, está ayudando a construir la voluntad política para acabar con el hambre. Su voz se amplifica cuando se alza con la de otras personas.
¿Qué puede hacer una persona? Un montón. Únase a pan para el mundo para marcar la diferencia.
Orar
Comprométase en oración continua para acabar con el hambre. Cada vez que oramos “Danos hoy nuestro pan de cada día,” oramos por el fin del hambre. Anime a su iglesia, familia y amigos a unirse con usted en oración. Con nuestras oraciones, participamos en la obra de Dios de cuidar a todas las personas en necesidad.
Actuar
Redoble su compromiso de abogar. Pan ayuda a acabar con el hambre y para ello, necesita construir la voluntad política para hacer del hambre una prioridad nacional. Ponga su fe en acción:
- Escriba una carta, correo electrónico o llame a sus miembros del Congreso para hablar de asuntos críticos
- Exhorte a los candidatos al Congreso a discutir temas de la pobreza y el hambre
- Tome acción ya sea en persona o en línea
- Involucre a su iglesia, escuela o grupo comunitario en una ofrenda de cartas u otras actividades de abogacía
- Participe en un grupo de Pan, ya sea local o campus universitario, o sea un líder de Pan en su comunidad
Donar
Comprometa recursos para lograr grandes cambios. Cuando usted apoya financieramente a Pan para el Mundo, su impacto se multiplica. Por cada $1 que usted dona, Pan ayuda a conseguir más de $100 en ayuda del gobierno federal para las personas que sufren del hambre y pobreza en los Estados Unidos y alrededor del mundo.
La gracia de Dios en Jesucristo nos mueve a ayudar a nuestros vecinos, ya sea que vivan en la siguiente casa, otro estado o el próximo continente. Únete a nosotros y trabajemos juntos para acabar con el hambre.
“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”
