La Ley BRIDGE: Un buen primer paso, pero no basta

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Joseph Molieri/Bread for the World

De Marlysa D. Gamblin

La inmigración está relacionada con el hambre. Muchas personas huyen de sus países de origen por causa del hambre y la pobreza. Pero al llegar a Estados Unidos para vivir mejor, encuentran políticas y sistemas que los fuerzan a seguir viviendo en el hambre y la pobreza.

Tres de cada cuatro estadounidenses concuerdan en que necesitamos componer nuestro ineficaz sistema migratorio. Para entender plenamente el hambre y la pobreza en comunidades de inmigrantes, debemos abordar los problemas que los empujan a salir de sus países. Pero no podemos abandonar a aquellos que ya han formado una vida para ellos y sus familias aquí en Estados Unidos.

Lo ideal sería una reforma comprehensiva que aborde la multitud de problemas migratorios. Pero a falta de lograrlo, debemos proteger al grupo más vulnerable dentro de la comunidad migrante—los jóvenes indocumentados.

La Ley BRIDGE (siglas en inglés de la ley Alto a Deportación de Soñadores y Que Ayudan a Crecer Nuestra Economía) logra precisamente lo mismo. Fue introducida en el Senado y en la Cámara de Representantes a principios de enero, con apoyo tanto de republicanos como de demócratas. Ahora hay miembros del congreso que están intentando consolidar apoyo para asegurar que esta ley sea aprobada.

La Ley BRIDGE proporciona un amparo temporal a las deportaciones para jóvenes indocumentados. De ser aprobada, la Ley BRIDGE les permitiría seguir trabajando para sustentar a sí mismos y a sus familias, al igual que seguir sus estudios—lo cual aumenta su capacidad para combatir el hambre y la pobreza de adultos.

Aunque la Ley BRIDGE es un paso en la dirección correcta, y sin duda necesario, no es suficiente. Los padres de jóvenes indocumentados están en riesgo de ser deportados, lo cual inherentemente perjudica la capacidad de los jóvenes indocumentados de superar el hambre y la pobreza. Por ello, es urgente que, así como se ha conseguido apoyo bipartidista por jóvenes indocumentados, líderes en el Congreso y en el Senado también encuentren soluciones bipartidistas para reforma comprehensiva—que incluya a los padres de los llamados DREAMers (soñadores).

Cualquier cambio en la política migratoria deberá enfocarse en los siguientes seis principios que Pan afirman ser necesarios para una reforma de calidad: 1) mantener la unidad familiar, 2) mejorar el acceso al sistema de inmigración legal, 3) proteger a todos los trabajadores, 4) preservar comunidades inclusivas, 5) defender los derechos humanos, y 6) seguir la búsqueda de soluciones duraderas.

Abordar las causas fundamentales de la inmigración y formular soluciones políticas bipartidistas, que apoyen a individuos y a sus familias que radican aquí ayudaría a reducir el hambre y la pobreza aquí y en el extranjero. Ignorar el problema no es opción. Y mientras que la Ley BRIDGE es un comienzo, no es suficiente.

Marlysa D. Gamblin es asesora nacional para políticas y programas para poblaciones específicas de Pan para el Mundo.

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