Regalos del amor de Dios

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Mexican citizens holding up crosses at the border wall. Bread for the World photo

Por Ivone Guillen

Deuteronomio 24:14

El mensaje del Papa Francisco esta cuaresma es simple, otras personas son un regalo. Nos recuerda que “cada vida que encontramos es un don que merece aceptación, respeto y amor”. – Del Vaticano, 18 de octubre de 2016.

Al reflexionar sobre el significado y la sencillez de esta declaración, recuerdo que nuestro amor por el prójimo no refleja siempre esta verdad. Y es especialmente evidente en nuestro clima social y político, donde la disonancia y la división parecen ser la norma en las discusiones.

Mientras me entero y escucho las preocupaciones que se plantean, a menudo noto que la falta de la conversación es una verdad innegable -que cada persona humana posee una dignidad otorgada por Dios que estamos llamados a valorar. Cuando pasamos por alto esta verdad, se hace fácil tratar a nuestros vecinos inmigrantes y refugiados como “los otros”, viéndolos no como nuestros hermanos y hermanas, sino más bien como personas que miran o actúan diferente a nosotros.

Muy a menudo veo políticas referentes a inmigrantes y refugiados que no están arraigadas en el amor y el respeto por la persona humana, sino más bien miedo y desconfianza. El llamado del Evangelio a “… No oprimirás al jornalero pobre y menesteroso, ya sea de tus hermanos o de los extranjeros que habitan en tu tierra dentro de tus ciudades.” se convierte en un mandato abstracto que es ensombrecido por los sistemas y prácticas discriminatorias. En nuestro entorno actual, las familias están siendo separadas, el miedo está siendo alimentado en las comunidades, y las estructuras que fueron diseñadas para protegernos se han vuelto cada vez menos confiables y más profundamente divididas.

Si bien los desafíos que enfrentamos parecen insuperables, la esperanza no se pierde.

La Cuaresma nos ofrece una oportunidad para la conversión. La temporada nos da la oportunidad de crecer ya sea en mente, espíritu o por medio de nuestras acciones. En esta temporada de cuaresma, exhorto a todos los católicos y personas de buena voluntad a dirigirse al Señor en oración y a buscar orientación para encontrar soluciones justas y humanas para hacer frente a las circunstancias injustas e imperfectas que enfrentamos. Que abramos nuestros corazones más intencionalmente a las necesidades de nuestros vecinos inmigrantes y refugiados, e imitemos el amor y la aceptación de Jesús para el prójimo, mientras encontramos caminos para derribar las barreras que nos separan.

Ivone Guillen es coordinadora de enseñanza social Católica, La Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos.

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