Ama a tu prójimo: La medida verdadera de una sociedad es la manera en que cuidamos a los necesitados

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De Divya Desai

Debemos estar unidos en contra de aquellos que tomarían ventaja de los que no tienen suficiente qué comer. Debemos defender nuestros valores. Y debemos asegurar que sean escuchadas sus voces, recordando que “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos”. (Mateo 7:12)

Como mujer de fe, yo sigo las declaraciones del papa Francisco con gran interés. El papa ha dedicado su vida al servicio de todo el pueblo de Dios, y su compromiso profundo de cuidar a los que se encuentran atrapados en la pobreza me inspira.

Muchos han dicho que la medida verdadera de una sociedad es la manera en que trata a los necesitados. El papa Francisco habla a menudo de cómo estamos llamados a amar a nuestro prójimo. Aclaró en la homilía en su Misa de Instalación que debemos demostrar nuestra “amorosa solicitud por cada persona, especialmente los niños, los ancianos, los necesitados, quienes a menudo son en los que menos pensamos”.

En este país, una medida de nuestro compromiso con aliviar el sufrimiento innecesario es la disponibilidad de los beneficios SNAP (anteriormente conocidos como cupones para alimentos). Este programa sirve como una fuente clave de ayuda para individuos y familias que enfrentan el hambre y la inseguridad alimentaria. En el 2015, SNAP ayudó a 4.6 millones de estadounidenses a romper el ciclo de pobreza y a alcanzar la independencia.

El presupuesto para el año fiscal 2018 recientemente propuesto contiene severos recortes a SNAP y otros programas clave de la red de seguridad social, como lo son la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF por sus siglas en inglés), Mujeres, Infantes y Niños (WIC) y el crédito tributario por ingresos. Estos programas sirven como una red de seguridad para personas que se encuentran en circunstancias difíciles y necesitan ayuda compasiva para superarlo. Los recortes propuestos van en contra de los valores cristianos, y deberían ofender a las personas de fe. De ser implementados estos horrorosos recortes por el Congreso, daría tristeza constar que más personas sufrirán hambre.

Por causa de la recesión económica, a las iglesias y las organizaciones de caridad se les dificulta alimentar a las personas que padecen hambre. Una de cada 20 bolsas de ayuda alimentaria proviene de organizaciones caritativas, mientras que programas de nutrición (TANF, SNAP y WIC) ayudan a proveer el resto. Profundos recortes a estos programas ya han afectado a más de 47 millones de estadounidenses, y esa cantidad aumentaría si el Congreso apruebe estos recortes para el año fiscal 2018. Estamos invitando a personas por todo el país a que se comprometan con un día intencional de oración y ayuno un día al mes, para abogar ante el Congreso y proteger los programas de nutrición.

Financiar plenamente programas como SNAP y TANF aliviará el hambre y la pobreza para millones de nuestros hermanos y hermanas. Individuos de toda fe y cualquier persona que crea en los valores cristianos deben tomar acción.

Divya Desai es becaria en el departamento de relaciones eclesiales de Pan para el Mundo.

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