El motor laboral latino

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Este blog es el tercero de una serie de cuatro partes para celebrar el Mes de la Herencia Hispana bajo el tema: “Los Latinos: Impulsando la Economía de Estados Unidos para Terminar el Hambre”. Este artículo está centrado en el papel que desempeñan los latinos en la fuerza laboral estadounidense. 

De Esteban García

Los latinos componen un sector grande – somos 56 millones en el país – y diverso de la población estadounidense. Desde luego, también componen un sector considerable be fuerza laboral de nuestro país. Los latinos forman el 17 por ciento de la población, y el 15 por ciento de la fuerza laboral. De esos latinos empleados, casi un cuarto trabaja en empleos de baja remuneración. Pero ¿por qué? Las barreras que enfrentan muchos latinos al empleo adecuado para vivir son diversas.

La raíz de los retos para los latinos está en la discriminación. A pesar de nuestra fuerte presencia en muchas zonas del país y en muchos sectores de la economía, y de nuestra diversidad, muchos de nosotros compartimos una lucha contra la discriminación al momento de solicitar empleo, y luego en el entorno laboral. En general, los latinos padecen tasas superiores de desempleo que la población en general, 6.7 por ciento en comparación con 5.5 por ciento. Aún para aquellos que cuentan con un trabajo estable no siempre es fácil; casi 30 por ciento de los latinos son de familias con ingresos anuales menores a $25,000, y el ingreso anual medio para los latinos está casi $12,000 debajo del de la población en general.

Para los inmigrantes – un sector de la población con alto solapamiento con la comunidad latina – la realidad es a menudo más difícil. Los trabajadores migrantes y temporales, de los cuales muchos vienen a trabajar para mandar dinero a sus familias, tienen ingreso anual medio de $7,500.

¿Esto qué significa para los latinos en el día a día? El empleo menos estable y menos remunerado a menudo causa tasas más altas de hambre y pobreza y, por ende, pero salud. Entre familias con niños, 21.9 por ciento de las familias latinas padecen inseguridad alimentaria, comparado con 16.5 por ciento de la población en general. Además, los latinos tienen casi doble la probabilidad de padecer inseguridad alimentaria que los anglos.

Para una población que contribuye tanto a la economía de Estados Unidos, los latinos sufren desproporcionadamente de los efectos de la desigualdad y la marginación. Pero de todo, los niños latinos, los más vulnerables entre nosotros, están en momentos críticos en sus vidas mientras enfrentan esos retos. Cuando un padre queda deportado o encarcelado – las tasas de encarcelación van subiendo para los latinos – significa que hay un ingreso menos para comprar la comida saludable que permite que los niños sobrevivan y prosperen.

La mejor manera de mantener a las personas fuera del hambre es un trabajo estable que paga un buen sueldo, lo cual queda fuera del alcance de muchos latinos por todo Estados Unidos, y los niños a menudo sufren las peores consecuencias. Consta que para poder luchar contra el hambre y la pobreza, debemos reconocer el valor de las contribuciones latinas a la economía y abogar por empleo que asegure una vida digna para todos.

Esteban García es especialista en relaciones con los medios de Pan para el Mundo.

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