Un pastor encuentra su voz ‘bella’

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Latino clergy and faith leaders, Rev. Juan Vicente Padilla, fifth from right, gathered for a workshop before participating in the 2016 Bread Lobby Day.  Joseph Molieri/Bread for the World.

De David Gist

El reverendo Juan Vicente Padilla quería palabras bonitas para Lobby Day. Necesitaba un argumento tan convencedor que su congresista se sentiría obligado a votar a favor de la Ley de Seguridad Alimentaria Global. Pero Padilla no tenía las palabras. No era experto en política. Pensó él, “alguien más debería de asistir a esta junta. Yo simplemente no estoy listo”.

Dos días antes, Padilla, pastor de la Iglesia Primera Asamblea de Dios en Costa Mesa, California, viajó a Washington, D.C. para una reunión de líderes latinos cristianos, “Cambiando las Políticas del Hambre: Latinos y las Elecciones en Pan para el Mundo”.

Padilla y otros 21 líderes latinos cristianos aprendieron acerca de Pan, y exploraron cómo la encarcelación y la inmigración contribuyen al hambre y la pobreza en las comunidades latinas. También visitaron a sus representantes en el Congreso durante el Lobby Day de Pan para el Mundo el 7 de junio.

El mensaje del Lobby Day de este año tocó tanto el tema del hambre global como del nacional. Los activistas de Pan solicitaron a sus senadores que invirtieran 230 millones de dólares en programas globales de nutrición para que madres e hijos puedan sobrevivir y prosperar; también exhortaron a los senadores a que aprueben una ley de nutrición infantil fuerte. Ante la Cámara de Representantes, los activistas de Pan hicieron un llamado por un voto de “SÍ” para la Ley de Seguridad Alimentaria Global y de “No” para una ley que propone subvenciones en bloque para comidas escolares, lo cual podría prevenir que millones de niños reciban desayunos y almuerzos escolares y comidas durante los veranos.

Antes de visitar el Congreso, 20 californianos se reunieron para discutir cómo asegurar el éxito de su Lobby Day. Descubrieron que varios del grupo tenían historias personales relacionadas con las leyes y con los argumentos que querían presentar. Padilla escuchó y se dio cuenta de que el grupo tenía la capacidad de entregar un testimonio muy potente en su junta. ¿Pero cómo le iría en la oficina de su representante, Dana Rohrabacher, donde sería el único? Tras pensarlo a fondo, Padilla le informó al personal de Pan que no tendría nada que decir, y les preguntó si querían asistir a la junta sin él. Pero sabiendo que solo él podía representar a su comunidad en Costa Mesa, él mismo respondió a su pregunta, y decidió ir a la junta.

Aun cuando uno mismo no tiene las palabras bonitas, siempre las tiene alguien. Padilla oró por dirección; le pidió a Dios por fortaleza, claridad, y las palabras adecuadas para dirigirse a su congresista. Juntos, ¡Dios y Padilla lo lograron!

Padilla habló apasionadamente sobre el hambre y la pobreza que había visto en México, cómo los niños necesitan nutrición buena y programas inteligentes de desarrollo. Exhortó al asistente del congresista a que se asegurara de que Rohrabacher votara “Sí” para la Ley de Seguridad Alimentaria Global, y el asistente le aseguró que no veía ya ninguna razón por la que el congresista se opondría a la ley.

Entablar conversaciones con legisladores acerca del hambre es una manera de honrar el llamado de Dios a la propugnación, a la justicia, y al amor por las personas que sufren de la pobreza. La devoción de Padilla a Dios lo llevó a hacer algo que no había creído ser posible. Encontró las palabras.

David Gist es organizador regional de Pan para el Mundo.

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