Washington, D.C. – Durante el último año, los afroamericanos han visto grandes reducciones en las tasas de hambre y pobreza, con una baja de casi 5 por ciento en la tasa de hambre. Muchas de estas reducciones se deben a buenas políticas federales y fuerte liderazgo comunitario. Sin embargo, aún hay mucho por hacer.
Pan para el Mundo recién introdujo una nueva gráfica, I Still Rise, la cual da a conocer las aportaciones afroamericanas a la lucha contra el hambre y la pobreza durante el pasado siglo. “Los afroamericanos siempre han estado en la vanguardia de esta lucha”, dijo Eric Mitchell, director de relaciones gubernamentales de Pan para el Mundo.
A pesar de estos avances, y de sus aportaciones históricas, los afroamericanos aún tienen más probabilidades que otros estadounidenses de padecer hambre y pobreza, según un nuevo análisis de Pan para el Mundo. Casi el 50 por ciento de los niños afroamericanos menores de 6 años viven en la pobreza – más de tres veces la proporción de niños blancos no hispanos. El desempleo y los salarios bajos, la falta de acceso a comida saludable y asequible, escuelas de baja calidad, y una alta tasa de encarcelación son algunos de los factores que contribuyen a este problema.
“El desempleo y la falta de acceso a empleos bien remunerados son las causas principales”, dijo Mitchell. “Pero también debemos abordar factores tales como la encarcelación masiva, la financiación escolar inadecuada, y la mala salud causada por una falta de acceso a alimentos nutritivos, si esperamos poder resolver el problema”.
Los afroamericanos forman el 13 por ciento de la población estadounidense, pero representan el 22 por ciento de los que experimentan hambre y pobreza. El ingreso promedio de las familias afroamericanas es casi $20,000 menor que el de todas las familias en general, lo cual aumenta por doble la probabilidad de que las familias afroamericanas padezcan pobreza. Esta tasa es aún más alta para las familias encabezadas por mujeres, quienes son casi tres veces más propensas a vivir debajo de la línea de pobreza.
Mitchell concluyó, “el liderazgo afroamericano ha sido clave al progreso que hemos logrado hasta ahora. Ahora, más que nunca, los afroamericanos deben seguir desempeñando un papel de liderazgo para que ese progreso no se pierda”.
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