Adviento, un pueblo en tiempos de incertidumbre

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Un devocionario de Pan para el Mundo

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Quiénes somos

En Pan para el Mundo, nuestra misión es educar y equipar a las personas para que defiendan políticas y programas que puedan ayudar a erradicar el hambre. Nuestra fe en Cristo es la base de nuestros esfuerzos y nos impulsa a amar a nuestros vecinos tanto cercanos como lejanos. En la actualidad hay más de 700 millones de personas, a nivel mundial, que padecen de hambre cada día. No solo hay personas que necesitan alimentos, sino que también existe hambre de justicia, equidad y seguridad a nivel mundial.

Por esa razón nuestra labor tiene como fundamento la esperanza que trae la venida de Cristo y se inspira en el amor redentor de Dios.

Únase a nosotros

Como comunidad cristiana centrada en la defensa de los derechos, ¿de qué manera respondemos en un tiempo de incertidumbre? Nuestro devocionario de Adviento reflexiona sobre esta pregunta. Siendo que el Adviento representa una época de espera e incertidumbre, es un momento especialmente adecuado para reflexionar sobre ello.

Cada mensaje devocional semanal aborda esta pregunta a través del prisma de los temas tradicionales del Adviento: la paz, el amor, la alegría y la esperanza.

Michael Wear nos exhorta a acercarnos a Dios para que podamos experimentar su paz y llevarla al mundo. La Revda. Lori Tapia nos invita a amar a nuestro prójimo cuando la polarización política lo hace difícil. La Revda. Heather Taylor comparte un modelo para encontrar alegría en la oscuridad. Y, la Revda. Dra. Karen Georgia Thompson nos recuerda que podemos encontrar esperanza en la presencia de Dios entre nosotros.

Este devocionario es adecuado tanto para individuos como para grupos. El mismo está estructurado con escrituras que provienen del Leccionario Común Revisado, y contiene una reflexión, una oración y una invitación a una reflexión y discusión más profundas.

Una práctica que resulta útil en tiempos de incertidumbre es ralentizar el ritmo y conectar con nuestro cuerpo. Tómese su tiempo mientras lee. A pesar de que las reflexiones son breves, cada una de ellas contiene mucha información. Eso permite que cada persona interactúe con las mismas de manera diferente. En entornos grupales, podría considerarse tener momentos de quietud, ya bien sea en silencio o con acompañamiento musical; un diálogo acerca de la pregunta propuesta u otros elementos del devocionario, y oración utilizando el texto proporcionado y/u orando específicamente los unos por los otros.

En nombre del personal de Pan para el Mundo, le deseamos un Adviento significativo y lleno de gozo.
—Rvda. Nancy Neal

La Revda. Nancy Neal es ministra de Formación Espiritual y Bienestar en Pan para el Mundo, donde trabaja para crear una cultura basada en la práctica cristiana. Ella es pastora ordenada de la Iglesia Presbiteriana (EE. UU.) y ha dedicado su carrera a trabajar para aliviar las desigualdades sociales. Puede consultar su biografía detallada en https://www.bread.org/bio/nancy-neal/.


Primera Semana

Escrituras: Isaías 2:1-5 y Salmo 122

Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.

Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.

Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.

Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra.

Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos a la luz de Jehová.

– Isaías 2:1-5 (RV, 1960)

Reflexión

La paz proviene del Señor. Él es quien hace que las naciones cambien sus políticas exteriores. A pesar de que antes invertían en herramientas para matar y destruir, ahora invertirán en instrumentos para cultivar y dar vida. El pueblo asciende al monte del Señor, ¡y todo cambia!

Al iniciar esta jornada de Adviento, deseo hacer esta pregunta: ¿A quién estamos esperando? En lo profundo de nuestro corazón, ¿quién o qué creemos que va a intervenir para conducirnos de donde nos encontramos a donde deseamos ir? ¿A quién estamos buscando para que nos enseñe a enfrentar nuestras circunstancias presentes y alcanzar el lugar al cual esperamos llegar?

Mantenga la vista fija en la meta. Mire hacia los montes, de donde viene su refugio. Una y otra vez, las Escrituras nos dirigen hacia el monte del Señor.

Notará que el pueblo de Dios asciende al monte, pero no permanece allí. Este recibe instrucciones y es enviado a caminar en la luz del Señor. El pueblo asciende al monte en busca del Señor, y allí es transformado en un pueblo de paz que camina en su luz y la lleva consigo.

¡Cuánto necesita nuestro mundo la luz de Dios!

Durante este Adviento, esperamos en el Señor, quien puede enseñarnos y transformarnos en personas de paz.

Profundizando

En un mundo que anhela con tanto empeño la paz, ¿cómo podemos ser pacificadores en lugar de meramente guardianes de la misma?

Michael Wear es miembro de la mesa directiva de Pan para el Mundo y director ejecutivo del Center for Christianity and Public Life (Centro para el cristianismo y la vida pública), una organización cívica sin fines de lucro y no partidista cuya misión es defender la credibilidad de los recursos cristianos en la vida pública, por el bien del público.


Segunda Semana

Escrituras: Romanos 15:5-13, Salmo 72:1-7, 18-19

Que el Dios de la constancia y del ánimo os conceda vivir en armonía unos con otros, de acuerdo con Cristo Jesús.

– Romanos 15:5 (RV 1960)

Oh Dios, da tus juicios al rey, y tu justicia al hijo del rey.

Él juzgará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con juicio.

– Salmo 72:1-2 (RV 1960)

Reflexión

Como personas que viven el Adviento en tiempos de incertidumbre, el llamado al amor se convierte tanto en una esperanza como en un desafío. Las palabras de Pablo en Romanos nos invitan a vivir en armonía: “para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo”.

La armonía no consiste solo en pensar de la misma manera, sino que tiene que ver con la actitud. El poder que impulsa la armonía es el amor, una actitud personificada en la acción de “encarnar el amor”. Se trata de un llamado radical en medio de climas políticos polarizados en los que la marginación, la opresión, la violencia y la persecución van en aumento. A pesar de ello, la actitud influye en la acción, y la acción cambia las circunstancias.

El Salmo 72 presenta una visión de liderazgo justo: los pobres son defendidos, los oprimidos encuentran liberación y la abundancia se comparte como la lluvia sobre la hierba que ha sido recortada. Estos pasajes desafían nuestro mundo polarizado, donde con demasiada frecuencia los vecinos son personas a quienes no conocemos y los que padecen hambre son fácilmente ignorados.

Como latina criada en una comunidad fronteriza entre Estados Unidos y México, aprendí desde temprano que el amor tiende puentes y crea posibilidades allí donde aparentemente solo reina la separación. El llamado de Jesús a alimentar a los hambrientos no es solo un acto personal; es una acción colectiva arraigada en la justicia, la cual nos exige “encarnar el amor” más allá de las fronteras de la política, el idioma y la raza.

En esta temporada de espera, el amor debe conducirnos de la intención a la acción. El amor debe fluir a través de nosotros en la propugnación, la hospitalidad y al expresar la verdad con valentía. El amor, expresado alrededor de nuestras mesas, en nuestras oraciones, voces, votos y en la presencia solidaria y compasiva, se convierte en un agente de la sanidad y la justicia de Dios, especialmente para aquellos que sufren de hambre, los que están exiliados o los que son ignorados. Cuando el progreso parece ser lento, el amor nos mantiene esperanzados y fortalece nuestra fe para continuar propugnando.

“Encarnar el amor” en medio de la incertidumbre significa negarse a permitir que el miedo o la indiferencia dirijan nuestras decisiones. Significa mostrar y personificar el amor de Cristo en las comunidades, alrededor de las mesas, en las fronteras físicas y sociales, en las zonas de guerra y en los lugares de poder, manteniendo viva la esperanza de que el amor prevalecerá. Mientras esperamos el cumplimiento de la promesa de Dios, esforcémonos para que nuestro amor sirva de puente hacia la justicia y de alimento para los necesitados.

Profundizando

En un clima político polarizado, ¿cómo podemos actuar con amor para edificar puentes?

La Rvda. Lori Tapia es miembro de la mesa directiva de Pan para el Mundo y la primera mujer mexicoamericana en ocupar el cargo de pastora nacional hispana de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo).


Tercera Semana

Escrituras: Lucas 1:46b-55, Salmo 46:5-10

Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador porque ha mirado la bajeza de su sierva; pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.

– Lucas 1:46b-48 (RV 1960)

Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana.

– Salmo 46:5 (RV 1960)

Reflexión

El Magníficat de María que aparece en el primer capítulo del libro de Lucas es un cántico de alabanza muy conocido en el tiempo de Adviento. El mismo es una respuesta directa a la palabra profética que Dios le dirigió a ella en un momento de profunda oscuridad.

Como resultado, ella prorrumpe en alabanza poco después de que Gabriel le anunciara que daría a luz a un hijo llamado Jesús, quien sería el Hijo del Dios Altísimo, heredaría el trono de David y reinaría para siempre. Este mensaje divino, recibido en el momento preciso, contradecía todas las expectativas humanas, debido a que era mucho más de lo que sus ojos y su mente podían comprender de manera razonable en medio de las circunstancias que estaba atravesando.

Ella era virgen, físicamente incapaz de tener un hijo, y vivía bajo el dominio de Herodes el Grande, quien no se detendría ante nada para mantener el poder. Sin embargo, se le dijo que daría a luz a un nuevo rey que reinaría para siempre. María no solo creyó esta extraordinaria buena noticia, sino que también elevó su alabanza a Dios en respuesta a ella, reconociendo que la presencia divina estaba en ella y se complacía en su humildad.

El nacimiento de Cristo no solo es un testimonio de la gloria de Dios, sino también un reflejo del deseo de nuestro Creador de enviar luz, esperanza y poder transformador en los momentos más oscuros utilizándonos como conductos, si permanecemos humildes y creemos en la Palabra de Dios.

En última instancia, ni nuestras limitaciones físicas ni los gobernantes de este mundo determinarán si el pueblo de Dios o el mundo en el cual vivimos experimentarán una irrupción extraordinaria de su poder. Más bien, el favor de Dios y nuestra actitud humilde son los que determinan cómo su paz, justicia y amor se manifestarán en nosotros y por medio de nosotros, y cómo prevalecerán en tiempos de incertidumbre.

Profundizando

¿Cómo podemos responder con alegría a la promesa de buenas nuevas de Dios y buscar la justicia en tiempos de incertidumbre?

La Rvda. Heather Taylor es directora general de Pan para el Mundo.


Cuarta Semana

Escrituras: Mateo 1:18-25, Salmo 80:1-7, 17-19

Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, cuando dijo: He aquí, una virgen concebirá y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Emanuel, que traducido es Dios con nosotros.

— Mateo 1:22-23 (RV 1960)

Reflexión

El Adviento es un tiempo y una temporada de espera. Una gran espera. La llegada del niño Jesús trae consigo misterio, esperanza y señales de la presencia de Dios obrando en el mundo.

El contexto dentro del cual estos acontecimientos tuvieron lugar reflejaba las dificultades que atravesaban tanto el pueblo como estos padres. La suya no era una tarea fácil, especialmente al enfrentarse a un embarazo inesperado. Sin embargo, la esperanza encerrada en esta historia reside en lo que ahora comprendemos, pero que ellos desconocían: ese niño cambiaría el mundo que conocían.

El nombre del niño tenía y continúa teniendo un profundo significado: Emanuel, Dios con nosotros. En estas palabras encontramos la encarnación de la esperanza para tiempos difíciles. Dios está con nosotros. El nacimiento que estaba siendo anunciado proclamaba el hecho de que Dios obra en el mundo y prevalece en tiempos de dificultad y desesperación.

El niño Jesús vino al mundo durante un momento en el cual la ocupación romana estaba causando gran aflicción. Los pobres, los huérfanos y las viudas, los más desfavorecidos, se encontraban en una situación de gran necesidad. Los impuestos para sostener el Imperio agobiaban al pueblo, mientras que la élite religiosa se centraba en su poder más que en las necesidades y el sufrimiento de la gente.

La palabra profética era una promesa que había sido dada y recibida. Nacería un hijo, que se llamaría Jesús, y que habría de salvar al pueblo. El advenimiento de este niño no es sino la esperanza encarnada; la esperanza para aquellos que recibieron y se beneficiaron del ministerio de Jesús.

Durante esta temporada de Adviento mantenemos viva la esperanza por todos los que padecen necesidad. Hoy, más que nunca, aquellos que viven sumidos en la pobreza necesitan ayuda. Sin embargo, los fondos y el apoyo del gobierno están siendo reducidos. Tanto los individuos como las organizaciones se ven obligados a luchar para satisfacer las necesidades de los pobres, alimentar a los niños que padecen de hambre, y garantizar que prevalezca la justicia económica para los más vulnerables.

El Adviento nos recuerda que Dios está con nosotros. Llevamos en nosotros la esperanza viva de que Dios está presente y nunca nos abandona. Como pueblo de fe, afirmamos que su presencia en nuestros medios transforma el mundo. Somos la esperanza que este tiempo necesita, la presencia de Dios revelada respondiendo a las necesidades tanto de las personas como de las comunidades. Somos la encarnación de la esperanza necesaria en este tiempo para llevar a cabo la misión de erradicar el hambre en el mundo. Vivimos y compartimos esta esperanza porque recibimos y creemos en Emanuel, Dios con nosotros.

Profundizando

¿De qué manera podemos encarnar la esperanza y mantenernos firmes en ella, en un momento en que nuestra misión para la erradicación del hambre luce aún más difícil de alcanzar?

La Rvda. Dra. Karen Georgia Thompson es miembro de la mesa directiva de Pan para el Mundo y es la primera mujer en ocupar el cargo de ministra general y presidenta de la Iglesia Unida de Cristo.

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