“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” -Juan 13: 34-35
Por Monica Sarmiento
El hambre continúa forzando la migración a Estados Unidos desde Guatemala. Esto fue el tema de un informe reciente del Departamento de Seguridad Nacional que atribuyó el aumento en el número de familias guatemaltecas que llegan a Estados Unidos. Años de malas cosechas y sequías han resultado en desesperación y familias que han huido de sus hogares.
Según el informe, la mayoría llega desde la región de Huehuetenango de Guatemala. En esa región montañosa del oeste, 7 de cada 10 niños están desnutridos, de manera que afecta su crecimiento y desarrollo y limita su potencial dado por Dios.
Guatemala es un importante exportador de verduras a Estados Unidos pero muchos padres en Guatemala no tienen el lujo de servir estas verduras a sus propias familias. En esta posición, los padres guatemaltecos se ven obligados a arriesgar sus vidas en su camino hacia Estados Unidos, solo para ser rechazados en la frontera.
Esto es desgarrador y plantea la pregunta de lo que significa amarnos los unos a otros como Cristo nos ha amado. ¿Qué deben hacer los cristianos ante el hambre y la injusticia? ¿Estamos fallando en dar amor cuando vemos a muchos rechazados en nuestras fronteras? ¿O es más que esto? Quizá también es la falta de atención a la sequía y la enfermedad, la educación, el agua, el saneamiento y otros factores que limitan el desarrollo. El amor de Dios es desde la eternidad y hasta la eternidad (Salmo 103: 17), así que seguramente también compartimos el amor a través del agua limpia, la atención médica, la agricultura y el cuidado profundo entre nosotros.
Oración:
Santo Dios,
Te damos gracias por tu gran amor que nos bendice a cada uno de nosotros. Nos cuidas y nos encuentras donde sea que estemos en nuestro viaje. Quizás a lo largo del camino de Jericó somos el viajero que necesita ayuda, a veces somos samaritanos o tal vez somos levitas, pero Tú siempre estás con nosotros.
Oramos por todos los inmigrantes, refugiados y personas que huyen de sus hogares en busca de alimentos y seguridad para ellos y sus familias. Oramos especialmente por Guatemala y la gente de Huehuetenango. Dales lo suficiente para comer y restaurar sus tierras. Ayúdanos a ser amorosos con todos.
Oramos por la justicia en nuestra tierra, para que los refugiados sean protegidos y los inmigrantes recibidos con respeto y dignidad. Al conmemorar el Mes de la Herencia Hispana, pedimos Tu continua guía, Dios, para que podamos abrazar nuestro carácter distintivo y a la vez vivir juntos en paz.
Monica Sarmiento es la directora ejecutiva de la Coalición de Virginia por los Derechos de los Inmigrantes.