Pan para el Mundo cree que la oración es esencial en la lucha para acabar con el hambre para el año 2030. El hambre se da en todos los rincones del mundo. En esta serie de blogs, publicaremos una oración para distintas agrupaciones de países cada semana y sus esfuerzos para acabar con el hambre.
Esta serie de oraciones seguirá el Ciclo Ecuménico de Oración, un listado recopilado por el Consejo Mundial de Iglesias que les permite a los cristianos por todo el mundo viajar en oración por cada región del mundo, reafirmando nuestra solidaridad con los cristianos a través del mundo, nuestros hermanos y hermanas, quienes viven en diversas situaciones, enfrentando sus retos y compartiendo sus dones.
En concreto, estaremos ofreciendo, por medio de oración, los retos relacionados con el hambre y la pobreza de los que padecen los pueblos de cada uno de los países de la semana. En una oración que compartimos todos – el Padre Nuestro – rezamos, “Danos hoy nuestro pan de cada día”. Esta petición de la oración también puede ser una petición por el fin de hambre.
Te invitamos a que te unas a Pan en nuestra oración para que los países del mundo acaben con el hambre. Y te animamos a que compartas con nosotros tus oraciones por los países de cada semana, o por el fin del hambre en general.
Para la semana del mayo 29 de junio 4: Botsuana y Zimbabue
En diciembre de 1998, el Consejo Mundial de Iglesias llevó a cabo su Octava Asamblea en Harare, capital de Zimbabue. Cristianos de todas partes del mundo se reunieron para celebrar su unidad y hacerla más visible. Lo siguiente era una visión y una oración para la asamblea:
Añoramos la unidad visible del cuerpo de Cristo
afirmando los dones de todos
joven y anciano, mujeres y hombres, laicos y clero.
Esperamos la sanación de la comunidad humana,
la integridad de toda la creación de Dios.
Confiamos en el poder liberador del perdón
transformando enemistad en amistad
y rompiendo el ciclo de violencia.
Nos reta una visión de una iglesia
que alcance a todos,
compartiendo, queriendo, proclamando la buena nueva de la redención de Dios,
un signo del reino y siervo del mundo.
Nos reta una visión de una iglesia,
el pueblo de Dios caminando junto,
confrontando todas las divisiones de raza, género, edad, o cultura,
esforzándose para realizar justicia y paz,
sosteniendo la integridad de la creación.
Caminamos juntos como pueblo con una fe redentora.
Entre la exclusión y la desesperación,
abrazamos, en júbilo y esperanza, la promesa de la vida en toda su plenitud.
Caminamos juntos como pueblo de oración.
Entre la confusión y la pérdida de la identidad,
apreciamos los signos de la realización de la voluntad de Dios
y esperamos la venida del reino de Dios.
Porcentaje de las poblaciones de estos países que vive debajo de la línea de pobreza:
Botsuana: 19.3
Zimbabue: 72.3
Fuente: indicadores del Banco Mundial, incluidos en el Informe Sobre el Hambre 2016.
La oración es fundamental en el trabajo de Pan para el Mundo. Ve cómo te puedes unir tú en oración con Pan.
Afghanistan would be considered likely to have high rates of hunger because at least two of the major causes of global hunger affect it—armed conflict and fragile governmental institutions.
Malnutrition is responsible for nearly half of all preventable deaths among children under 5. Every year, the world loses hundreds of thousands of young children and babies to hunger-related causes.
Bread for the World is calling on the Biden-Harris administration and Congress to build a better 1,000-Days infrastructure in the United States.
“As you therefore have received Christ Jesus the Lord, continue to live your lives in him, rooted and built up in him and established in faith.” These words from Colossians 2:6 remind us of the faith that is active in love for our neighbors.
The Bible on...
The Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP) is designed to respond to changes in need, making it well suited to respond to crises such as the COVID-19 pandemic.
Bread for the World and its partners are asking Congress to provide $200 million for global nutrition.
In 2017, 11.8 percent of households in the U.S.—40 million people—were food-insecure, meaning that they were unsure at some point during the year about how they would provide for their next meal.