Como seguidores de Cristo, expresamos y reflejamos el amor reconciliador de Dios en todo tiempo y lugar. A través de las escrituras, Dios habla acerca de nuestro propósito de reconstruir, restaurar y renovar todo lo que está en ruinas (Isaías 61). Trabajamos para erradicar la ruina del hambre y la pobreza en nuestras comunidades, país y alrededor del mundo. Trabajamos junto a Dios para remover las barreras que impiden la prosperidad que Dios desea para todo el mundo.
Los temas que aparecen a continuación son importantes motivadores para ayudarnos a erradicar el hambre.
La Escritura habla acerca del papel y la responsabilidad de los líderes en el cuidado de las personas pobres (Salmo 72; Jeremías 22; Proverbios 31:8, 9). En el Nuevo Testamento, Jesús llama a sus seguidores a que amen a su prójimo (Mateo 22:39, 40) y advierte a las naciones que serán halladas responsables y juzgadas dependiendo en la manera en que traten al más vulnerable entre ellos (Mateo 25:31-46).
En los Evangelios, Jesús fue compasivo con todo el mundo, especialmente con las viudas, los huérfanos, extranjeros, hambrientos, pobres y enfermos — los más vulnerables de la sociedad (Isaías 61:1, 2; Mateo 11:2-6; Lucas 4:18-21). Jesús amó a todo el mundo — ricos y pobres — y cuidó activamente de aquéllos que se encontraban en necesidad. Él urgió a sus discípulos a que hicieran lo mismo (Mateo 25:31-46). Nosotros también estamos comisionados a hacer lo mismo hoy y siempre.
El pecado humano ha arruinado cada aspecto de la creación. El pecado es tanto individual como social, personal y estructural. Debido a la avaricia y desobediencia a los mandamientos de Dios, la humanidad experimenta disparidad social y económica que lleva al hambre y la pobreza. A través de los profetas, Dios hizo responsable a los gobernantes por el pecado de la nación de Israel (Jeremías 22:1-5). La pobreza es un aspecto desastroso del pecado humano.
Muchos cristianos pertenecen a una iglesia, un lugar donde pueden adorar, aprender y practicar su fe. Debido a que las congregaciones son el lugar en el cual muchos cristianos se reúnen regularmente, y debido a que éstas forman a los discípulos para el trabajo en el mundo, Pan utiliza las comunidades de fe como punto de lanzamiento para su movilización de cristianos en la abogacía.
Pan se asocia con congregaciones locales, denominaciones o redes a las cuales éstas pertenecen para contactar personas de fe. Las iglesias locales poseen las estructuras necesarias para enseñar y entrenar a la gente a vivir su fe ante el mundo. Pan involucra personas en las iglesias para que éstas lleven a cabo este papel importante de la fe cristiana: amar a nuestros prójimos, alimentar a los que sufren de hambre, reconciliar el mundo.
Como personas de fe, es nuestro deber moral involucrarnos políticamente con nuestro gobierno. Practicar nuestra ciudadanía con fe es un derecho que poseemos bajo la Constitución de los Estados Unidos. El hambre es, en su totalidad, un asunto político el cual debe ser una prioridad para nuestro gobierno. Como personas de fe, nuestro llamado moral es estar políticamente comprometidos. Practicar una ciudadanía acompañada por la fe es nuestro derecho de acuerdo a la Constitución de los Estados Unidos. Servimos a Dios cuando traemos ante la atención de nuestro gobierno, asuntos como el hambre y la pobreza. Es nuestra responsabilidad participar en los procesos que le recuerden a todos los candidatos que aliviar el hambre y la pobreza debe ser una prioridad. Para transmitir este mensaje, personas de fe con esta preocupación, pueden y deben participar en abogacía ante el gobierno.
"Y el se gundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Afghanistan would be considered likely to have high rates of hunger because at least two of the major causes of global hunger affect it—armed conflict and fragile governmental institutions.
Malnutrition is responsible for nearly half of all preventable deaths among children under 5. Every year, the world loses hundreds of thousands of young children and babies to hunger-related causes.
Bread for the World is calling on the Biden-Harris administration and Congress to build a better 1,000-Days infrastructure in the United States.
“As you therefore have received Christ Jesus the Lord, continue to live your lives in him, rooted and built up in him and established in faith.” These words from Colossians 2:6 remind us of the faith that is active in love for our neighbors.
The Bible on...
The Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP) is designed to respond to changes in need, making it well suited to respond to crises such as the COVID-19 pandemic.
Bread for the World and its partners are asking Congress to provide $200 million for global nutrition.
In 2017, 11.8 percent of households in the U.S.—40 million people—were food-insecure, meaning that they were unsure at some point during the year about how they would provide for their next meal.