Fe en Acción

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School Girls - UN Photo/Albert Gonzales Farran

Como seguidores de Cristo, expresamos y reflejamos el amor reconciliador de Dios en todo tiempo y lugar. A través de las escrituras, Dios habla acerca de nuestro propósito de reconstruir, restaurar y renovar todo lo que está en ruinas (Isaías 61). Trabajamos para erradicar la ruina del hambre y la pobreza en nuestras comunidades, país y alrededor del mundo. Trabajamos junto a Dios para remover las barreras que impiden la prosperidad que Dios desea para todo el mundo.

Scriptures speak to the role and responsibility of leaders in caring for poor people (Psalm 72; Jeremiah 22; Proverbs 31:8-9). Photo: Laura Pohl/Bread for the World

Nuestra fe nos mueve a

Los temas que aparecen a continuación son importantes motivadores para ayudarnos a erradicar el hambre.

Amar a nuestro prójimo

La Escritura habla acerca del papel y la responsabilidad de los líderes en el cuidado de las personas pobres (Salmo 72; Jeremías 22; Proverbios 31:8, 9). En el Nuevo Testamento, Jesús llama a sus seguidores a que amen a su prójimo (Mateo 22:39, 40) y advierte a las naciones que serán halladas responsables y juzgadas dependiendo en la manera en que traten al más vulnerable entre ellos (Mateo 25:31-46).

Discipulado cristiano

En los Evangelios, Jesús fue compasivo con todo el mundo, especialmente con las viudas, los huérfanos, extranjeros, hambrientos, pobres y enfermos — los más vulnerables de la sociedad (Isaías 61:1, 2; Mateo 11:2-6; Lucas 4:18-21). Jesús amó a todo el mundo — ricos y pobres — y cuidó activamente de aquéllos que se encontraban en necesidad. Él urgió a sus discípulos a que hicieran lo mismo (Mateo 25:31-46). Nosotros también estamos comisionados a hacer lo mismo hoy y siempre.

Confesión de nuestra complicidad con el pecado

El pecado humano ha arruinado cada aspecto de la creación. El pecado es tanto individual como social, personal y estructural. Debido a la avaricia y desobediencia a los mandamientos de Dios, la humanidad experimenta disparidad social y económica que lleva al hambre y la pobreza. A través de los profetas, Dios hizo responsable a los gobernantes por el pecado de la nación de Israel (Jeremías 22:1-5). La pobreza es un aspecto desastroso del pecado humano.

Nos reunimos en comunidades de fe

Muchos cristianos pertenecen a una iglesia, un lugar donde pueden adorar, aprender y practicar su fe. Debido a que las congregaciones son el lugar en el cual muchos cristianos se reúnen regularmente, y debido a que éstas forman a los discípulos para el trabajo en el mundo, Pan utiliza las comunidades de fe como punto de lanzamiento para su movilización de cristianos en la abogacía.

Pan se asocia con congregaciones locales, denominaciones o redes a las cuales éstas pertenecen para contactar personas de fe. Las iglesias locales poseen las estructuras necesarias para enseñar y entrenar a la gente a vivir su fe ante el mundo. Pan  involucra  personas en las iglesias para que éstas lleven a cabo este papel importante de la fe cristiana: amar a nuestros prójimos, alimentar a los que sufren de hambre, reconciliar el mundo.

La participación de los cristianos en los asuntos cívicos

Como personas de fe, es nuestro deber moral involucrarnos políticamente con nuestro gobierno. Practicar nuestra ciudadanía con fe es un derecho que poseemos bajo la Constitución de los Estados Unidos. El hambre es, en su totalidad, un asunto político el cual debe ser una prioridad para nuestro gobierno. Como personas de fe, nuestro llamado moral es estar políticamente comprometidos. Practicar una ciudadanía acompañada por la fe es nuestro derecho de acuerdo a la Constitución de los Estados Unidos. Servimos a Dios cuando traemos ante la atención de nuestro gobierno, asuntos como el hambre y la pobreza. Es nuestra responsabilidad participar en los procesos que le recuerden a todos los candidatos que aliviar el hambre y la pobreza debe ser una prioridad. Para transmitir este mensaje, personas de fe con esta preocupación, pueden y deben participar en abogacía ante el gobierno. 

 

“Y el se gundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Mateo 22:39

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