Washington, D.C. – Pan para el Mundo ha introducido nueva información que da a conocer las tasas de hambre y pobreza entre los hispanos en los Estados Unidos. Las cifras muestran que los hispanos padecen hambre e inseguridad alimentaria a niveles más elevados que la población en general. La información también señala que los programas federales como el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP por sus siglas en inglés) pueden sacar a los hispanos de la pobreza.
“Los programas federales de asistencia alimentaria como SNAP toman un papel importante en la disminución del hambre y la pobreza en la comunidad hispana”, dijo José García, director de relaciones eclesiales de Pan para el Mundo. “Las inversiones en este programas son esenciales a la salud y bienestar de las personas, y se tiene que hacer aún más para asegurar que reciban los fondos necesarios”.
En el 2014, el 22.4 por ciento de las familias hispanas padecían inseguridad alimentaria, y el 24.1 de los hispanos vivían en la pobreza, en comparación con el 14 por ciento y el 15.5 por ciento de la población en general, respectivamente. Los programas federales de asistencia alimentaria como SNAP proporcionan beneficios a largo plazo para la salud, la educación, y el bienestar económico. El año pasado, SNAP sacó a más de 4.7 millones de personas de la pobreza – entre ellos unos 2.1 millones de niños.
Estos programas son especialmente importantes para los hispanos, pues en el 2013, los mismos compusieron 17 por ciento de la población de los Estados Unidos, pero 28 por ciento de los trabajadores de bajos ingresos.
Las cifras se publican tras un nuevo informe (enlace al informe, disponible sólo en inglés) del Consejo de Asesores Económicos del Presidente Obama, el cual destaca la manera en que SNAP mejora la seguridad alimentaria y los resultados de calidad de vida para las familias. Sin embargo, las cantidades actuales de prestaciones mensuales con frecuencia no son suficientes para mantener a las familias hasta el fin de mes.
“Lamentablemente, los recortes a programas como SNAP hacen que las familias no tengan suficientes alimentos para alimentarse”, dijo García. “Esto puede llegar a tener un efecto devastador. Las visitas al hospital aumentan y las calificaciones de los niños bajan al fin de mes cuando las prestaciones de SNAP se han agotado”.
Un nuevo informe del Instituto Pan para el Mundo, El Efecto Nutritivo: Acabando con el Hambre, Mejorando la Salud, y Disminuyendo la Desigualdad (enlace a resumen ejecutivo del informe, en español), demuestra cómo la inseguridad alimentaria está relacionada con tasas elevadas de depresión, enfermedades cardiovasculares, alta presión, diabetes, y otros problemas de salud física y mental. El informe estima que el hambre y la inseguridad alimentaria aumentaron los gastos de salud en los Estados Unidos por unos 160 mil millones de dólares en el 2014.
Climate Change Worsens Hunger in Latino/a Communities
Climate change threatens the traditions and lifestyles of Indigenous people.
While climate change impacts everyone, regardless of race, policies and practices around climate have historically discriminated against and excluded people of color.
“As you therefore have received Christ Jesus the Lord, continue to live your lives in him, rooted and built up in him and established in faith.” These words from Colossians 2:6 remind us of the faith that is active in love for our neighbors.
The Bible on...
The Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP) is designed to respond to changes in need, making it well suited to respond to crises such as the COVID-19 pandemic.
Bread for the World and its partners are asking Congress to provide $200 million for global nutrition.
In 2017, 11.8 percent of households in the U.S.—40 million people—were food-insecure, meaning that they were unsure at some point during the year about how they would provide for their next meal.