Oración de Cuaresma: Semana 2

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“Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielos y la tierra”. –Salmos 121:1-2

A medida que nos alejamos del ajetreo, el estorbo, el caos y el ruido de nuestras vidas y rutinas habituales, tranquilizamos nuestras mentes y nos entregamos a nuestra experiencia en el desierto.

Escuchamos los estruendos y agitaciones dentro de nuestros corazones y vemos con mayor claridad cuán profundamente conectados estamos como parte de la red de la creación de Dios. Vemos más claramente que podemos confiar en Dios. Con demasiada frecuencia ponemos nuestra confianza en nuestras propias mentes, en nuestras propias habilidades, en nuestras propias capacidades. Y nos olvidamos de acudir a Dios en busca de ayuda.

La verdad es que no podemos salvarnos a nosotros mismos. Sólo Dios puede salvarnos. Y nuestra respuesta a la gracia salvadora de Dios es ir al mundo como agentes de misericordia, justicia y humildad.

Oremos.

Dios de amor,

con demasiada frecuencia confiamos en nosotros mismos.

Enséñanos a poner nuestra confianza en ti

para que podamos ser agentes

de misericordia, justicia y humildad

en el mundo.

En el nombre de Jesús oramos,

Amén

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