Mireya Ledesma: Una campeona para terminar el hambre

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Y sembró Isaac en aquella tierra, y cosechó aquel año ciento por uno; y le bendijo Jehová. (Génesis 26:12)

Reflexión Devocional:
Mireya es una campeona que marca una diferencia para terminar el hambre—y es una voz fuerte en su comunidad.  Ella tiene una posición administrativa con la Asociación Campesina de Florida (Farmworkers Association of Florida). Allí ayuda a las familias que necesitan solicitar asistencia del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP por sus siglas en inglés). Todos los días ella alienta a las personas para que continúen trabajando y aprendan algo nuevo, sea un concepto o una palabra, que los ayude a progresar en su jornada para comunicarse en inglés.

Mireya sabe de primera mano lo que SNAP significa para las familias que son vulnerables al robo de salarios y para quienes los trabajos de temporada los pueden dejar con muy poco o nada de ingreso por meses.  Muy a menudo es difícil poner comida en la mesa. Hay temporadas cuando SNAP es el único medio para que los padres alimenten a la familia. Como defensora social, Mireya sabe que SNAP ayuda a las familias a poder sobrevivir durante esos tiempos difíciles.

Mireya ve el amor de Dios en cada persona con la que se encuentra y les exhorta a sentir orgullo de sí mismos y de sus hijos. Para Mireya, terminar el hambre es algo personal. Para ella no fue fácil llegar a donde está ahora.

Ella emigró a Estados Unidos con sus padres y hermanos a los 12 años, dejando atrás un hogar y sentido de pertenencia. Su familia tenía una posición importante en la comunidad. Como muchos otros inmigrantes, el papá de Mireya estaba buscando una vida mejor, con mejores oportunidades de educación para sus hijos. Sin embargo, cuando llegaron a Estados Unidos, Mireya y su familia se dieron cuenta rápidamente que no hablar inglés los colocaba en una clara desventaja para poder obtener educación y empleos. Mireya tuvo dificultad, porque sentía que no la entendían.

El padre de Mireya había tenido un buen empleo en México y le había provisto una vida decente a su familia. Él esperaba lo mismo o mejor en Estados Unidos, sin embargo, lo que experimentó fue vivienda inadecuada, salarios bajos y una lucha constante para poder alimentar a su familia.  Ellos pasaron de ser dueños de su propia casa, a compartir una casa de remolque con otras 10 familias, cada una compartiendo un solo cuarto. Mireya recuerda escuchar las ratas en el techo por las noches mientras estaba acostada.

En medio de todo eso, Mireya sabía que la educación sería la clave para romper las cadenas del hambre y la pobreza. Aprender inglés fue difícil porque tuvo que mudarse a diferentes estados en varias ocasiones para ayudar a sus padres con la cosecha y también represento un obstáculo poder graduarse de la escuela secundaria. A pesar de todo, Mireya ya ha completado dos años de estudios universitarios y está criando a sus tres hermosos hijos con su esposo.

Para los latinos es doblemente probable que experimenten hambre a nivel nacional. Además, los campesinos latinos tienen un riesgo más alto de padecer inseguridad alimentaria. El veintiún por ciento de los condados con poblaciones mayoritariamente latinas, caen bajo el diez por ciento de condados con las tasas más altas de inseguridad alimentaria infantil. Además, los niños latinos son casi dos veces más propensos a carecer de acceso a alimentos nutritivos que niños blancos no hispanos (24 por ciento vs. 14 por ciento).

Oración
Dios misericordioso,
Bendice las manos de los preciados campesinos que trabajan tan duro en la tierra para que podamos tener alimentos nutritivos en la mesa.
Escucha por favor el clamor por justicia de los campesinos—porque Tú le haces justicia al pobre y defiendes los derechos de los oprimidos y desposeídos.
Dirígelos fuera de los ríos del hambre y la pobreza hacia una tierra donde sobreabunde la leche y la miel.
Te lo rogamos en el nombre Cristo. Amén

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